ES GEOMETRÍA (Y ES SAGRADA)

Es en el contexto del espacio y el tiempo en el que nos movemos en esta existencia.

Las galaxias con sus estrellas, planetas, cometas, agujeros negros y un sinfín de objetos astronómicos, parecen ser eternas, y en nuestro breve lapso de tiempo como seres encarnados en este cuerpo, desde nuestro minúsculo espacio, parecieran permanecer inmutables, como si estuvieran ahí, estables, cuasi “congeladas”. Pero no. Todo, absolutamente todo, es movimiento, constante y continuo movimiento. Cada forma de materia lleva su ritmo. Un ritmo alterable o manipulable en escasas ocasiones, pero que cumple con un fin, el 100% de ellas.

Recalco: La materia, lleva su ritmo. La búsqueda de unión a ese ritmo, a esa vibración, es parte del camino del Aiki. Y qué es la materia si no vibración de energía condensada de una forma concreta. La mente humana ha etiquetado lo que percibe a su alrededor diferenciando entre un árbol, un perro, una piedra, agua, luz, calor, un color con una cualidad determinada, una sensación… Todo, absolutamente todo, es energía, es vibración, y todo, como vibración, es sonido. Ese sonido, es una infinita melodía absolutamente armónica y equilibrada, como no podía ser de otra manera. El hecho de desequilibrar esa melodía armónica, provoca una reacción en el Universo, de manera que se genera un evento nuevo para compensarlo. A esto, en tradiciones orientales se le conoce como “karma”. Ni más ni menos que la ley de la Acción-Reacción. La ley del Acto-Consecuencia. De manera, que un desequilibrio, o una ruptura en el equilibrio natural, de una energía, a través de un acto, generará una energía en sentido opuesto para contrarrestarla. No podría ser de otra manera, que el Universo se desequilibrara en modo alguno por cualquier acción, y no volviera a su equilibrio. Esa manera de auto-regularse, o equilibrarse por sí mismo, acontece de modo natural, sin ningún esfuerzo, de manera que se establece una relación entre lo desequilibrado y lo que lo contrarresta , es decir, una relación entre lo que crea el desequilibrio (acción) y lo que opera a nivel Universal para equilibrarlo (reacción).

Ese movimiento, y esa acción-reacción,  está representado en multitud de simbologías de la denominada “Geometría Sagrada”. Vease, el “Ying-Yang”, el “Mitsu Tomoe”, la “Flor de la Vida”, el “Árbol de la Vida”,  y un largo etcétera…; en los cuales, nuestros ancestros, representaban ese conocimiento como movimiento, como unión, como equilibrio…

¡¡¡OH, DIOS MÍO!!!

¡¡¡Cada uno de ellos es una representación de AIKIDO!!!

¡¡¡Cada uno de nosotros somos una representación de AIKIDO!!!

 

Por Diego López Blanco