Los que ya peinamos alguna cana en general, y algunas de ellas conseguidas en el tatami, que hemos visto mucho Aikido de maestros con los ojos rasgados y sin rasgar, que hemos recibido de primera mano la sabiduría y la enseñanza del maestro Lucio Álvarez, que hemos tenido que hacer de tripas corazón para vencer tantas veces nuestros egos en el tatami y fuera de él, a veces podemos todavía sorprendernos y seguir enamorándonos de este camino de “plenitud y unión-con-el Uno” que es Aikido.

Este mes de mayo ha sido todo un regalo. Primero con las exhibiciones de «nuestros mayores » (no en edad, pero si de pasos andados en el camino) para el paso a sexto y quinto dan respectivamente. Roberto García Alvares, Alberto García Luengo y José Pérez Raya- vamos, lo que viene siendo Roberto, Alberto y Pepe-. Gracias por su “savoir faire” en el keiko y fuera de él. Exhibiciones serías- al menos las dos que pude disfrutar. Por desgracia, la de Roberto no me fue posible, pero estoy seguro, conociéndole, que estuvo igual de serio y responsable – en las que el respeto al arte marcial, la ejecución sincera y limpia de las técnicas, el carácter de unión con el uke en cada una de ellas, la búsqueda de ir un poco más allá en ese musubi estuvo muy presente. Gracias a los tres. De corazón.

Capítulo aparte mis “compis” del alma, con los que he compartido sudores, dudas,
sentimientos sobre Aikido, alegrías, desalientos ante una lesión…. En su paso a cuarto dan.
¡Cómo siento ahora no poder estar con vosotros!. David Fernández, David Garcimartin, Luismi, Marina, Jaime, José Miguel, Manuel Villarino, Fernando Fernández… Gracias por enseñarme tanta humanidad, humildad, sencillez. Gracias, a partir de ahora, porque sé que vais a seguir ahí, ayudando a todas y todos con vuestro ejemplo. Mi saludo respetuoso por vuestra valía, dentro y fuera del Dojo, en la vida misma.

Gracias al maestro Lucio Álvarez Ladera, que nos deja su testimonio de perseverancia a pesar del sufrimiento, por su presencia de sabiduría y de sencillez, por su humor que nos anima en casa momento. Gracias maestro.

Y por último…( que ya me estoy poniendo pesado!) A todas y todos los que formamos está
“pequeña familia “ de Afamadrid. Todos, desde los “lecheritos”(con perdón. Todos hemos sido lecheritos en algún momento, y ojalá siguiéramos siendo en inocencia siempre) hasta los más antiguos. Pocos ambientes conozco de tanta presencia humana -y , por lo tanto, en toda su humanidad, Divina-

Como todos y cada uno de vosotros.

Desde mi total cariño, un abrazo en omote a todas y todos.

Junio 2023 – Beni