La Escalera

 

Acabo de leer, ¡por fin!, el artículo de Diego “Yo no quiero ser Dan”.

Como de costumbre muy bien. Muy acertado.

Creo entender claramente la significación de tus palabras. No hay que quedarse en la parte, en lo accesorio y contingente. “Todos somos contingentes…” decía por boca del pueblo José Luis Cuerda. Y necesarios, no sólo el alcalde.

Todos somos la Escalera.

Todo es la Escalera, el escalón es la Escalera, el rellano, el portal, son  la Escalera, incluso la Escalera.

Hasta el recelo de los escépticos es la Escalera.

La cuestión es: ¿Somos conscientes de ello?

Tomar consciencia de nuestra Esencialidad Universal, es autoconocimiento verdadero, profundo, eterno, absoluto. Sohang.

Y Sohang está aquí mismo, es nuestro Ser, más nosotros que nuestro cuerpo y nuestra mente. No mires fuera, ahonda, profundiza, medita, se consciente.

La Escalera significa Do, Vía, Método, Yoga… Ir subiendo escalones, Danes, es ir ascendiendo esa Escalera, andar ese Camino, seguir ese Método, practicar el Yoga, el Do.

A medida que subimos vamos desarrollando la consciencia interior, profunda, real, absoluta y eterna. Vamos desvelando los engaños del ego, pelando la cáscara y revelando Kokoro.  Siendo conscientes de la realidad sin la añagaza de los sentidos.

La Realización es alcanzar Consciencia plena, de nuestra intrínseca divinidad.

El escalón, Dan,  es la Escalera. Indistinto, intrínseco, impersonal, indiferenciado. No es meta o fin per se. Objetivo transitorio en todo caso.

La Escalera, al ser eterna, no tiene fin. Subiendo por Ella, iremos teniendo consciencia de su eternidad, y nos iremos desprendiendo de los deseos, incluso del deseo de dejar de tener deseos,  de no ser o no escalón, tramo, rellano, ascensor, caminante… De ser Escalera.

Sin deseos no hay “yo”, en ausencia de “yo” desaparecen los apegos, sin apegos no hay contrarios, ni “mí”, ni “tú”, ni escalón y Escalera. No hay opuestos, sólo Unidad, Armonía, Amor. Eso se da subiendo sin más, sencilla y simplemente.

Lo que es indudable, y así creo que lo reflejas, es que si convertimos Dan en objetivo, lo despojamos de su función de escalón, de su verdadera esencialidad, atribuyéndole una cualidad equivocada, irreal, falsa, engañadora.

A un Gran Maestro ya Realizado le preguntaron cómo definiría el plano de Espiritualidad pura que había alcanzado. Tras una breve pausa intentando encontrar la mejor manera de definir lo indefinible a un ser finito, limitado, incapacitado para comprender,  dijo con los ojos llenos de lágrimas: Amor, todo Amor, sólo Amor…

Es la definición que más puede aproximarse a  la naturaleza del plano de consciencia pura, que sólo podremos comprender al experimentarla íntimamente.

 

A medida que ascendemos con plena atención, dónde esté la atención estará el alma, conscientes de cada paso, de cada escalón aun sabiéndolo accesorio, sin detenernos en él ni en tramos o rellanos, nos fundiremos en la eternidad de la Escalera y seremos igualmente eternos. Se cerrará el círculo. Despertará el alma. Retornaremos al Origen, a la Fuente esencial, al Padre… a Dios.

 

Cuando comas come, cuando duermas, duerme, cuando admires la belleza hazlo de verás, desde el corazón, sin prisas. Abrázate al árbol y deja que él te abrace también, dale tiempo, siéntelo.

Una máxima Zen:

“No temas demorarte, ten miedo a detenerte”.

 

Un dicho de Luz y Amor de S. Juan de la Cruz y ¡hasta otra!:

“Niega tus deseos y hallarás lo que desea tu corazón, ¿Qué sabes tú si tu apetito es según Dios?”.

Camina, sube, escalón a escalón. Sin prisa, pero sin pausa.

 

Lucio Álvarez, Abril 2023