ONCE PROVERBIOS Y UN CUENTO……… por Lucio Álvarez

         Al parecer, el Gran Lama, Saskya Pandita escribió, allá por el año 1270 d. C., El Precioso Tesoro de los Dichos Elegantes. Estos “Dichos” fueron recopilados por un lama de origen húngaro que ingresó en el lamasterio de Saskya, en el Tíbet Central. De “El Precioso Tesoro”, de “El Libro de los Preceptos Áureos” y de otros extractos de libros de preceptos tibetanos, me ha parecido interesante extraer esta selección de aforismos y añadir también un pequeño cuento.

¡Que aproveche!

“Solamente quienes tienen estrechez mental hacen distincionesTales como: ‘Éste es mi amigo; éste es mi enemigo.’ Quien tiene mente amplia muestra afecto hacia todos.”

“La mayor riqueza consiste en ser caritativo,

y la mayor felicidad en tener tranquilidad mental.

La experiencia es el más bello ornato;

y el mejor camarada es quien carece de deseos.”

“La ciencia que enseña artes y manualidades

es mera ciencia para ganarse la vida;

mas la ciencia que enseña a liberarse de las ataduras mundanas, ¿no es la ciencia verdadera?”

“Sé humilde y manso si quieres ser alabado;

exalta las buenas cualidades de los demás para tener amigos.”

“Abandona una mala costumbre aunque haya sido la de tus padres y ancestros.

Adopta una buena costumbre aunque haya sido establecida por tus enemigos.

No ha de tomarse veneno aunque lo ofrezca la propia madre.Mas el oro es de aceptar aunque provenga del enemigo.”

“Por muy grande que sea su saber, ¿quién puede decir con certeza que vivirá hasta ver el mañana?”

“¿Cómo puede ser justo matar criaturas inermes e inofensivas?”

“Si no puedes ser el sol, sé entonces el humilde planeta.

Sé humilde, si quieres alcanzar la Sabiduría. Sé más humilde todavía cuando hayas dominado la Sabiduría.”

“El alumno debe reconquistar el estado infantil que perdió antes de que el primer sonido pueda llegar a sus oídos.”

“Aunque el vestido se lave cien veces,

¿cómo puede quedar limpio y puro

si se lava con agua sucia?”

Y para alumbrarnos y ver las cosas como son y no como parecen, ahí va un último proverbio:

         “Quien sabe de memoria los Preceptos y después no los pone en práctica, quien conoce el Sendero y no lo sigue,es como quien enciende una lámpara y luego cierra los   ojos.”

         El cuento, plantea la situación clásica en la que un discípulo consulta sus dudas al Maestro.

         “Maestro –pregunta el alumno-, ¿es justo preocuparme sólo de mi salvación cuando hay tantas almas padeciendo en el mundo?

         Hijo mío –responde el sabio- En una selva nacen muchos árboles de la misma especie, unos crecen demasiado y sobresalen de los otros; otros escasamente nacen, pero entre todos forman la selva. Así, tú debes comprender que tienes que crecer sobre los demás en Espíritu sin que con esto estés separando a los que crecen menos. Sólo cumple con el designio divino el que ha crecido y no se deja dar sombra por los demás.

         El discípulo asiente y vuelve a interpelar al santo:

         Entiendo Maestro, pero, ¿cómo sé si he crecido lo necesario para cumplir la voluntad del Señor?

         La Luz –replica el Maestro- se identifica por borrar las sombras. Las sombras se identifican oscureciendo la Luz. Cuando hayas crecido lo bastante y hayas encontrado la Luz, ella no te dejará sombras ni en tu mente, ni en tu corazón.”

         Este bello cuento anónimo sacado de la revista Camino Real, explica que si encontramos la Luz, si crecemos lo suficiente para sobresalir a las “sombras” del apego, tanto nuestras dudas intelectuales como las emocionales quedarán esclarecidas. Mientras no nos alcemos por encima del mundo lo suficiente para contemplar el paisaje, “los árboles no nos dejarán ver el bosque.”

Un abrazo a todos.

Lucio