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Abierto
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… respeta, desde luego.
Quería hacer unos comentarios al respecto del verbo, y de la forma y el modo, claro.
El respeto es uno de los aspectos que más me intrigó en mis comienzos en el Aikido.
Me fascinó el respeto que se le mostraba al Maestro Alberto García Luengo 4º DAN (ahora mi Maestro), el respeto que uke mostraba a tori y viceversa, el respeto en la práctica y en la ejecución de las técnicas, el respeto con el que se ofrecían las armas, el que se mostraba al entrar y salir del tatami o del dojo (muy importante este último), el que se brindaba al kamiza al inicio y al fin de la clase, el que te hace cambiar de compañero si el tuyo es reclamado por otro más antiguo, el mismo respeto que se muestra en la simple ordenación de los aikidokas en una clase, o el que muestras a otro maestro al pedirle permiso para participar en sus clases o solamente por entrar en su dojo. Respeto, respeto y más respeto. Desde el primer caso hasta el último, añadiendo todos los casos que me haya olvidado.
Claro, luego lo vas entendiendo todo. Sin respeto, ¿cómo vas a poder practicar Aikido? Si Aikido es unión, armonía, amor, ¿alguien entendería estas palabras, si no fueran unidas al concepto del respeto? Pues claro que no!!!
Pues eso, aprovechando que seguro que en todos los dojos se han incorporado nuevos compañeros, enseñémosles este respeto y hagámosles partícipes de él. Guiémosles, para que, a través de él, puedan ir entendiendo lo que el Aikido nos enseña.
Hagamos, pues, que el verbo respetar, que he introducido en el título en presente de indicativo, lo utilicemos siempre así, dentro y fuera del dojo, con nuestros compañeros o con la gente de la calle, qué más da.
Y claro, si alguno no se había dado cuenta de que en el Aikido este verbo nos gusta mucho, que hoy mismo lo conjugue en futuro de indicativo.
Yo respetaré.
Un abrazo.
Genial, como siempre, tu artículo, Fer. Creo que además ese respeto que debemos mostrar ante nuestros compañeros, nuestros maestros, nuestra entrada al dojo, nuestro saludo-respeto ante las armas que vamos a utilizar, el hakama que acabamos de doblar, va muy unido al ego que debemos dejar fuera del tatami y me atrevería a decir, fuera de nuestra vida.
Pues es ese ego el que muchas veces nos hace no saludar, no respetar a nuestro uke.
Dejemos pues nuestro ego apartado y respetemos un poco más.
Gracias por el artículo.
Un abrazo.
Alex.
Estupendo Fernando.
Gracias por tú reflexión, por hacerla pública y sobretodo por hacerla tuya, es decir, por difundirla con el ejemplo.
El respecto, algo simple y accesible para todo el mundo que no cuesta absolutamente nada y que tanto bien conlleva.
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