El Mensaje del Agua……………..por Lucio Alvarez Ladera

El Dr. Masaru Emoto publicó un libro, Mensajes del Agua, que causó una extraordinaria impresión tanto en la sociedad científica como en la no científica. El libro es una muestra de los experimentos que este Dr. japonés ha realizado con el HADO (Campo de Resonancia Magnética) y el agua.

Consiguió una máquina medidora de HADO, un Analizador de Resonancia Magnética, con la cual podía medir y ver el agua micro-particulada (agua de resonancia magnética). Tomó fotografías de diferentes cristales de agua congelados y comparó dichos cristales dándose resultados absolutamente sorprendentes, no ya por las diferencias entre aguas más o menos contaminadas, urbanas, campestres, libres o estancadas, sino en aguas sometidas a la influencia de música, imágenes y de la palabra escrita o hablada. Por ejemplo: en dos frascos conteniendo agua destilada pegaba carteles con palabras escritas y después de dejarlos en reposo durante un cierto tiempo, en los cristales de agua de cada frasco se podían observar las extraordinarias consecuencias que en ellos había producido la influencia de la palabra que se había escrito.

En el ideograma japonés que significa alma basta con quitar un pequeño carácter para que signifique demonio; los cristales de agua sometida a la influencia de estas dos palabras de grafía tan parecida en el idioma nipón, resultan totalmente diferentes; mientras que el cristal del agua afectada por la palabra demonio, presenta un aspecto revuelto, oscuro, caótico y algo siniestro, el de la palabra alma es brillante, luminoso, bello y parece dibujar un corazón en su centro. La misma prueba, hecha con la palabra gracias pegada a un frasco, produjo unos cristales hermosos, regulares y equilibrados, “curiosamente” similares a otros cuya agua fue sometida a la música de las “Variaciones Goldberg” compuestas por Johann Sebastián Bach a petición del conde Kaiserling para combatir su insomnio, quien regaló un cáliz de oro lleno de dinero al compositor para expresarle su gratitud.

Iguales sorprendentes diferencias se pueden observar al contemplar los cristales de feroz y terrorífico aspecto influidos por las frases “me das asco, te voy a matar” y los que recibieron la acción de el nombre escrito de Amaterasu Omikami, la Diosa-Sol nacida del ojo izquierdo del dios-Padre, que forman una estructura hexagonal brillante y bellísima, en cuyo centro, apenas a los diez segundos de empezar a formarse los cristales, ya podía verse un dibujo con el aspecto del Espejo Divino, símbolo sagrado del Japón -junto a la espada y la joya- y denominado el espíritu de Dios en la religión Shinto.

No he leído el libro aún, lo compré para un regalo y, ojeándole, resulté especialmente atraído por uno de los experimentos del Dr. Emoto, que me indujo a escribir este texto para nuestra revista y nuestra página Web.

Aparte de que la relación entre el Aikido y este tema se evidencia en el tema en sí mismo, el experimento arriba mencionado los relaciona directamente y viene a robustecer el principio de Ai-ki, de Unión, de espiritualidad del Aikido, sobre otros criterios meramente materiales.

El experimento en cuestión consistió en pegar a uno de los frascos de agua destilada un nombre de una persona trascendental en la historia del Aikido y de su Fundador, el de Onisaburo Deguchi.

Onisaburo Deguchi lideró el movimiento religioso Omotokyo al casarse con una hija de la Sra. Nao Deguchi, fundadora de dicho movimiento, y ser adoptado por ella. Con el liderazgo de Onisaburo, la Omotokyo comenzó a desarrollar un carácter propio que la diferenció de la muy similar Konkokyo, y dio una nueva visión a las formas de estudio en las religiones y en las distintas ramas y facciones religiosas. Onisaburo instituyó las tres Grandes Reglas del Estudio; a saber: el cuerpo de Dios es la Naturaleza (el Universo absoluto); la energía de Dios (Ki en su manifestación más sutil) es la fuente del movimiento del universo; y todas las criaturas vivientes poseen el alma del verdadero Dios. De esta última regla se deduce que todos los seres vivientes son divinos y por lo tanto dignos de todo respeto y consideración. También introdujo una idea de acercamiento, la conciliación, el sincretismo, con otras religiones -como la cristiana- que tuvieran como esencia el amor.

O Sensei fue discípulo distinguido de Onisaburo y miembro destacado de la Omotokyo, y la influencia de sus Reglas se puede apreciar palpablemente en los escritos de Morihei.

No cabe duda alguna sobre trascendencia de Deguchi y de la Omotokyo en Ueshiba y en su arte. En la biografía de Morihei, se puede leer que a quien pidió permiso O Sensei para empezar a enseñar artes marciales, fue a su líder religioso, a quien consideraba su auténtico maestro, a Onisaburo. No solicito el consentimiento de Takeda Sogaku, que era su maestro de Jutsu por aquel mismo tiempo, ni el de ningún otro de los maestros de artes marciales que tuvo. Eso hubiera sido lo normal y correcto según las estrictas normas de las escuelas marciales, de no haber tenido a la práctica espiritual como prioritaria en su desarrollo y a Deguchi como su guía esencial. Para dar lecciones de cualquier actividad social o mundana, ya sean artes marciales o de cualquier otra cosa, se le pide permiso al maestro o responsable correspondiente, pero cuando se cuenta con un guía espiritual, todo lo demás es secundario, y solamente su opinión, su consejo y su autorización cuentan.

En cuanto a la influencia en su interpretación de las artes marciales y en la trasformación que sufrieron ¿Qué podemos decir del Aikido? ¿Qué semejanza puede tener su mensaje y hasta su ejecución, con las artes de combate usadas con anterioridad por el Maestro, con los fines de éstas y con los del propio Fundador?

Regresemos a las Reglas de la Omotokyo y comprobemos de donde viene el espíritu del Aikido, su respeto hacia todos los demás, su armonía externa e interna, su última interpretación como el Arte del Amor dada por O Sensei al final de sus días y su denominación como sendero para el desarrollo espiritual “…El Aikido es un arte marcial del espíritu.”…

El cuerpo de Dios es la Naturaleza…” Según este principio Dios es Todo.

La energía de Dios es la fuente del movimiento del universo…” Puesto que la ola energía de Dios ha de ser Dios mismo, la fuente primigenia de energía que todo lo mueve y a todo da vida y existencia es Dios.

Y:

Todas las criaturas vivientes poseen el alma del verdadero Dios.” Si la energía que todo lo anima es Dios y está en todo y es todo, las criaturas no pueden estar excluidas de esa totalidad; así pues, todos los seres vivientes son divinos.

De ahí el respeto y el sentimiento de igualdad y armonía en el Aikido, de ahí su nombre, de ahí su trascendencia sobre los métodos de combate habituales para hacerse un camino espiritual, de ahí la evidente espiritualidad de Ueshiba y de su mensaje.

El mensaje del Ueshiba de la Omotokyo es diametralmente distinto al del Ueshiba que se sometió a todo tipo de rudas prácticas para alcanzar la estatura que le permitiera ser aceptado como soldado y poder así participar en la guerra ruso-japonesa con el fin de poner a prueba en el campo de batalla su fortaleza y sus conocimientos marciales.

Cuando “escuchamos” la voz del gran Sensei en su edad madura, estamos escuchando a un líder espiritual más preocupado por el amor entre los seres humanos y entre éstos y Dios que por cualquier aspecto material o físico del arte, salvo el que concierne a su uso como medio para llegar a ese definitivo amor.

 

Desde luego, sé que no soy la persona adecuada para ello, doctores tiene la Iglesia, pero aún así, aprovechando que estoy en el uso de la palabra, quisiera hacer un llamamiento a favor de la tolerancia, de la práctica de la verdadera armonía en el Aikido y entre todos los aikidokas, armonía en la que no cabe el mejor ni el peor, sino la unión que es la sustancia del arte que practicamos, el respeto mutuo, sin orgullos ni soberbias, sin rencores; con el objetivo común de salvar el Aikido del peligro de “deportivizarse” y perder su verdadero ser, cosa que es harto probable que suceda si seguimos aferrados a la intransigencia y a la división, si nos amodorramos, satisfechos, reyezuelos de nuestros pequeños feudos…

Desde luego, a los que estamos practicando en nuestra escuela, les encomiendo la responsabilidad ineludible de ser consecuentes con los principios del Aikido de unión, armonía y amor que son los que predicó el Fundador y por otro lado, los únicos capaces de ofrecernos algo de verdadera importancia en esta vida…

 

Los cristales de agua envasada en los frascos con el nombre de Onisaburo Deguchi, resultaron ser unos cristales hermosos, límpidos y brillantes con formas estructurales regulares, tendentes a una cierta innovación.

San Lorenzo de El Escorial

Diciembre de 2006

Lucio Álvarez Ladera